11 noviembre 2025
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Misterios de la ouija: Verdad, Mitos y Cómo Usarla con Seguridad

Misterios de la ouija: Verdad, Mitos y Cómo Usarla con Seguridad

El tablero de la Ouija.
Pocos objetos de la cultura moderna conllevan una mezcla tan perfecta de curiosidad y precaución. Vi uno por primera vez en el desván de mi tía, allá en Detroit, a finales del verano del 79. La caja estaba cubierta de una fina capa de polvo, con las palabras «Oráculo Misterioso» impresas en un estilo que parecía pertenecer a otra época. Algunas personas lo tratan como un inofensivo juego de fiesta. Otros, a menudo los que tienen sus propias historias, te dirán que no es un juego en absoluto.

Qué es y qué no es la ouija

Conceptos básicos

Una ouija es un tablero plano marcado con el alfabeto, los números del cero al nueve y palabras sencillas como «sí», «no» y «adiós». Viene con un pequeño dispositivo en forma de corazón llamado plancheta. Los jugadores colocan ligeramente las yemas de los dedos sobre la plancheta, hacen una pregunta y ven cómo se desliza por el tablero para deletrear una respuesta.
Para algunos, es un truco de salón con una reputación espeluznante. Para otros, es una herramienta de comunicación a la que hay que acercarse con cuidado. Lo que es innegable es que ocupa un extraño espacio cultural, en equilibrio entre las estanterías de las jugueterías y las historias susurradas de los cazadores de fantasmas.

¿Funciona de verdad?

La respuesta breve: depende de lo que creas. Los creyentes ven el tablero como un puente hacia el mundo de los espíritus, una forma de enviar preguntas a la oscuridad y recibir respuestas de vuelta. Los escépticos apuntan al efecto ideomotor, un fenómeno psicológico en el que los movimientos musculares inconscientes guían la plancheta. Pero incluso los que tienen los pies firmemente plantados en la ciencia admiten que, en el entorno adecuado, la experiencia puede parecer inquietantemente real.

Breve historia del «Oráculo Misterioso»

El diseño moderno de la ouija se patentó en 1891, pero la idea de comunicarse con lo invisible es mucho más antigua. Sus raíces se remontan a prácticas como la escritura automática, utilizada en diversas culturas durante siglos. La popularidad del tablero aumentó a principios del siglo XX, especialmente tras la Primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe española, cuando el dolor era un compañero diario en innumerables hogares.
Para muchos, no se trataba de invocar a extraños del más allá, sino de alcanzar las voces familiares que habían perdido. Ese anhelo dio a la ouija su perdurable carga emocional.

Mitos, miedos y la cuestión del peligro

¿Es un Portal?

En los círculos espiritistas, la ouija suele tratarse como una puerta, que se abre cuando empiezas una sesión y debe cerrarse antes de que la abandones. Por eso «adiós» es algo más que una palabra impresa en una esquina: es un ritual. Los escépticos lo llaman simbolismo, pero incluso los símbolos pueden tener peso. El acto de cerrar una sesión ayuda a los usuarios a sentir una sensación de control, crean o no en los espíritus.

¿Todas las experiencias son oscuras?

A pesar de lo que sugieren las películas de terror, no todas las sesiones de ouija acaban en caos. Algunos usuarios informan de encuentros tranquilos, incluso conmovedores, simples mensajes de amor o consuelo de alguien a quien conocieron. Otros hablan de momentos más extraños: la plancheta deletrea nombres desconocidos, frases crípticas o da respuestas que dejan la habitación en silencio. La verdad puede estar en algún lugar entre la imaginación y algo que aún no podemos explicar.

¿Puede ser peligroso?

Es fácil encontrar historias de desgracias tras una sesión de ouija. Luces que parpadean, pesadillas vívidas, objetos fuera de lugar por la mañana, sucesos que hacen jurar a la gente que se han traído algo de vuelta. La ciencia te dirá que es una coincidencia, el poder de la sugestión jugando malas pasadas a una mente tensa. Los creyentes dicen que hay algo más en juego. En cualquier caso, el miedo por sí solo puede ser una fuerza potente y peligrosa.

Utilizar la ouija con seguridad

Si decides intentarlo, ten en cuenta algunas prácticas comunes para mantener la experiencia estable y respetuosa:

  • Trata con cortesía el proceso y cualquier presencia en la que creas.
  • Cierra siempre la sesión diciendo «adiós».
  • Evita utilizar el tablero solo. La energía compartida puede resultar más segura.
  • Mantente alejado de lugares pesados o negativos, como cementerios o lugares abandonados.
  • No hagas preguntas que inviten al miedo, como predecir la muerte de alguien.

No se trata de normas estrictas, sino del tipo de sabiduría popular transmitida durante décadas por personas que han visto cómo se torcían las sesiones.

La ciencia tras el misterio

El efecto ideomotor es la explicación más aceptada de los fenómenos de la Ouija. Describe la forma en que nuestros músculos pueden hacer pequeños movimientos inconscientes basados en expectativas de la mente. Puede que no creas que estás empujando, pero tu cerebro podría estar dirigiendo tus manos hacia respuestas que anticipa o teme. El resultado puede ser sorprendente, sobre todo cuando las palabras que se forman parecen tener un significado que no pretendías.

Si quieres dejar ir a uno

Tal vez hayas decidido que el tablero no es para ti. En ese caso, tienes opciones. Puedes guardarla, dársela a otra persona, enterrarla o incluso quemarla, aunque algunas tradiciones advierten de que esta última opción podría despertar energías no deseadas. En última instancia, se trata de una decisión personal, que debe guiarse por tu propia comodidad y creencias.

¿Juego o puerta?

Hoy en día, Hasbro comercializa la ouija como un juego, junto con los puzzles y las barajas de cartas. Sin embargo, en los círculos espirituales, sigue siendo una herramienta de adivinación respetada y a veces temida. Puede que la verdad sea que es ambas cosas, y que depende enteramente de lo que le aportes.
Quizá ése sea el mayor misterio de la ouija: refleja nuestras propias preguntas, esperando pacientemente el momento en que nos atrevamos a formularlas en voz alta.