Meditación durante el embarazo: Calma tu mente y crea un vínculo con tu bebé
11 julio 2025 |
En la Meditación del Embarazo, empezamos a ver que cuando una mujer hace realidad sus ideas, no se trata sólo de la idea en sí. Se convierte en algo mucho más profundo. Un hijo no es sólo la idea de alguien, sino que lleva un alma única, una misión única, mucho más allá de la imaginación de la madre.
Cuando una madre conecta profundamente con el alma de su bebé, puede dar a luz a alguien ligado a ella a través de las vidas. Sus misiones pueden entrelazarse. Sus almas pueden ser aliadas a través de las realidades, trabajando juntas de formas que sólo la energía comprende.
Energéticamente, todo lo que vemos cuando somos bebés también es creación: está hecho de electricidad y magnetismo, de fuerzas invisibles combinadas. Todo ser humano posee ambos tipos de energía. Juntas, estas energías siembran, reciben y crean la tercera: lo nuevo. Así pues, todo lo que hagas con tu pareja, incluso sin embarazo físico, puede dar a luz una idea o una creación. La eléctrica planta la semilla. Lo magnético la acoge. Juntas, forman la trinidad, la creación en su forma más sagrada.
Cada acción, cada momento de verdadera conexión, tiene el potencial de dar a luz algo poderoso, algo real y vivo. Exploremos cómo mantener el espacio para tu bebé, ¡cómo cuidar de los dos!
1. Meditación para conectar contigo mismo antes de conectar con tu bebé
Antes de empezar la meditación sobre el embarazo, primero tienes que sentirte a ti misma. Tranquilízate. Conecta con tu presencia interior más allá de la identidad cotidiana. Siéntete no sólo como quien estás aquí, sino como una fuerza femenina
, como un ser que alberga energía creativa.
Siente la Divinidad Femenina en ti, la fuente pura que da a luz, la parte en la que la creación fluye de lo invisible a la forma. Deja que esa conciencia se mueva por tu cuerpo. Utiliza las manos para sentirla. Reconoce que esta fuerza, este flujo, siempre ha formado parte de ti. Dar a luz no es sólo algo que haces, es lo que eres.
Conecta con tus chakras uno a uno, no sólo como lugares, sino sintiendo su centro, donde las cosas empiezan a crecer hacia fuera. Tu cuerpo es más que un templo. Cada chakra es un reino, un espacio vivo de energía, fuerza y memoria sagrada. Deja que la energía se mueva libremente, desde el chakra superior hasta la raíz y viceversa. Observa dónde se ralentiza o se bloquea.
No te precipites. Mantente presente. Desplaza la atención de lo que te rodea a lo que hay en tu interior, a tu esencia. No eres sólo un cuerpo. Eres un alma. Un plano de luz. Cuando sientas esto, estarás preparado para el siguiente paso.
2. Meditación sobre el embarazo para conectar con el alma del bebé
Eres un canal. A través de ti ha entrado esta alma. Mantienes abierta la puerta para que la vida entre en este mundo. Eres capaz de sostenerla, protegerla, alimentarla y, finalmente, dejarla marchar libremente. Todo esto es creación.
Igual que te conectaste a tus propios chakras, conéctate ahora al centro del ser de tu bebé. Al alma, no a la superficie. No empieces con pensamientos como: será niño o niña, qué aspecto tendrá, qué tipo de personalidad tendrá.
Todas esas cosas vendrán después. Primero, ve al bebé como una chispa de luz, un pulso de vida que acaba de entrar en este mundo. Deja que esa luz esté rodeada de paz, de presencia. Deja que sienta la primera experiencia aquí como algo suave y acogedor. Sostén ese momento. Deja que se extienda. Deja que el bebé descanse en ese campo de luz seguro, con tu atención manteniéndolo abierto. Expande ese campo de luz. Deja que crezca. Deja que éste sea el primer recuerdo del bebé, no a través de palabras, sino a través de la pura experiencia.
Este espacio debe estar limpio. No puedes imprimir aquí tus viejos traumas o patrones emocionales. Debes convertirte en oyente. Deja que el bebé te hable en silencio. No les das forma, los sientes. Mantienes el espacio y ellos se convierten.
Ahora, empieza a respirar. Siente el aire que entra y se mueve a través de ti, no es sólo respiración, es energía en movimiento, es vida fluyendo.
Observa lo rápida o lenta que es la respiración. Deja que esto te muestre cómo se mueve la energía en tu interior. Si tu respiración se vuelve más profunda, eso ya es un mensaje, hay algo más profundo dentro de ti que pide ser sentido. No fuerces. Limítate a observar. Deja que la respiración abra la puerta suavemente.
Ahora, coloca las manos sobre tu vientre. Siente el calor de tus palmas y el pulso de la vida bajo ellas. No se trata sólo de un lugar físico. Tu útero es tu centro sagrado, que contiene memoria, contiene luz, contiene la creación misma. Empieza a escucharlo ahora.
Respira…
Mientras respiras, siente cómo se ablanda tu útero. Invítalo a sentirse seguro, despejado y abierto para el alma que albergas. Si hay viejas emociones almacenadas, miedo, pena o dolor, respira suavemente hacia ellas. No hay necesidad de alejarlas. Con cada respiración, dales espacio. Deja que se eleven. Deja que se disuelvan como la niebla tocada por el sol de la mañana.
No sólo estás preparando un espacio para tu bebé, también estás sanando un espacio dentro de ti. Esta meditación del embarazo es para tu bebé, pero también es para ti. Lo que es bueno para tu bebé también es bueno para ti.
Ahora empieza a conectar con los centros de energía, tus chakras, empezando por la raíz. Siente cómo la energía asciende desde la base de la columna vertebral, moviéndose hacia arriba con la inhalación, hasta llegar a la coronilla. Luego, con la exhalación, siente cómo la energía desciende, suave, suavemente, a través de cada chakra, volviendo a la tierra. Éste es el ciclo del renacimiento. No sólo dar a luz una vez, sino renacer una y otra vez, con cada respiración.
A medida que la energía fluye, observa suavemente si algún centro se siente pesado o bloqueado. Cuando encuentres uno, haz una pausa allí. Tómate un momento y respira en él. Deja que hable. Luego, deja que la respiración, el útero y la energía se conviertan en una espiral que fluye, que sube, que baja, que despierta. En ese fluir, deja que bailen sin forzar. Ahora, vuelve a conectar suavemente con tu bebé, sin definirlo, sin darle forma, sin proyectarlo. Mantén el espacio. Mantén el espacio para que su alma sea libre. Deja que floten en la luz. Deja que tu vientre se convierta en un santuario de quietud, seguridad y posibilidad.
Durante la meditación del embarazo, puedes decir en tu corazón
«Estoy aquí contigo. Te doy la bienvenida con amor. Eres libre de convertirte en quien verdaderamente eres».
«Este espacio es tuyo. Esta luz es nuestra. Te escucho».
Con cada respiración, deja que esa verdad se haga más fuerte. En lugar de controlar, estás permitiendo. Al permitir, te vuelves verdaderamente presente.
Im a master in energy healing who likes to write about it and share, so that others become able to heal themselves. Connecting deeply with people's souls, even across different dimensions and past lives, is a gift I'm grateful for.
Moreover, I find it incredibly fulfilling to not only help others but also discover more about myself through the study of our nature and various spiritual patterns. Writing, crafting guided meditations, and building connections with you is what I do!